sábado, 16 de junio de 2012

Principio Cristo


                                                                             


El Nazareno Jesús  es el hombre moderno que encarna totalmente el Principio Crístico Universal. Antes de él muchos Maestros encarnaron ese Principio Crístico del Fuego.
Entre los persas, Cristo es Ormuz, Ahuramazda, el terrible enemigo de Ahriman (Satán) que llevamos dentro. Entre los indostanes es Krishna el Cristo, y el Evangelio de Krishna es muy semejante al de Jesús de Nazaret. Entre los tibetanos Cristo es “Kuan-Yin”, la Voz melodiosa, el Ejército de la Voz, el Gran Aliento, el Sol Central, el Logos Solar, el Verbo de Dios. Entre los egipcios, Cristo es Osiris, y todo aquel que lo encarnaba era, de hecho, un Osirificado; Hermes Trismegisto es el Cristo Egipcio, el encarnó a Osiris. Entre los chinos es Fu-Hi el Cristo Cósmico, quien compuso el I-King, libro de las leyes, y nombró ministros Dragones. Entre los Japoneses es Amida, quien tiene el poder de abrir las puertas del Gokurak (el Paraíso). Entre los griegos, el Cristo se llama Zeus, Júpiter, el Padre de los Dioses. Entre los aztecas es Quetzalcóatl, el Cristo mexicano. Entre los Eddas germanos es Balder, el Cristo que fue asesinado por Hoder, Dios de la Guerra, con una flecha de muérdago, etc. Así podríamos citar al Cristo Cósmico en millares de libros arcaicos y viejas tradiciones que vienen de millones de años antes de Jesús. Todo esto nos invita a aceptar que Cristo es un Principio Cósmico contenido en los principios sustanciales de todas las religiones.
Cuando una forma religiosa ha cumplido su misión se desintegra. Jesús, el Cristo, fue, de hecho, el iniciador de una Nueva Era. Jesús fue una necesidad religiosa de la época.

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