Durante el proceso del crecimiento en la infancia en un periodo entre los 0 a 7 años se estructura en el ser humano la personalidad del individuo, aquella que nos permite relacionarnos entre nosotros y nuestra existencia. Esta personalidad se estructura con diseños psicológicos de vidas pasadas, defectos y copias de conductas fortalecidos por el yo, que empiezan a manifestarse en los niños y niñas.
Esta
personalidad es una personalidad falsa producto que mueve y se desarrolla con
los egos, apegos y malas costumbres.
Ciertamente, existe en nosotros un elemento perjudicial que es
un obstáculo para la adquisición de la verdadera Felicidad, es la falsa personalidad.
Incuestionablemente, si ésta se desvaneciera, sólo reinaría en nuestros
corazones la bienaventuranza, la tranquilidad.
Desafortunadamente, la Falsa Personalidad está constituida por
ciertos ingredientes perjudiciales.
Estos aspectos “vanidad” y el “engreimiento”, están fuertemente arraigados en la falsa
personalidad, no hay duda de que, si estos dos “elementos” desaparecieran de la
faz de la Tierra, la vida del ser humano cambiaría totalmente.
Con el engreimiento y la vanidad se procesan muchas causas y
efectos equivocados. El engreído quiere subir al tope de la escalera, hacerse
sentir, pisotear honras, dignidades, corazones,
sentimientos, sin interesarle el dolor ajeno…
El vanidoso,
obviamente, se siente herido cuando alguien le lastima, y en aras de su vanidad
sacrifica a otros, con tal de tener lo que a las gentes más deslumbra: El
flamante carro, la lujosa residencia, los elegantes trajes, etc. No importa que
tenga que explotar a muchos, si por ese medio, o por distintos medios ha de
conseguir el dinero necesario que le permita mostrar al mundo su opulencia.
Los celos y las
preocupaciones las moscas mentales.
Miles
de Yoes de las preocupaciones revolotean en la Mente, aguardando algo, como
para formar problemas.
Esperan
algo en que posarse para formar preocupaciones: Un concepto, una palabra, una
idea, una teoría, cualquier cosa, no importa qué sea. Los Yoes de las
preocupaciones sólo aguardan el instante en que puedan formar problemas, y
flotan en la mente.
Necesitamos
hacernos autoconscientes de nosotros mismos de manera de poder tener control de
nuestros procesos mentales.
Se
necesita de un proceso metódico, didáctico y hasta dialéctico para proceder a
disolver la falsa personalidad y se manifieste el Ser el Padre, que es paz amor
y felicidad.
Cuando
se comprende la necesidad de hacerse autoconscientes se procesa una
transformación que conduce al despertar de la conciencia.
Uno
debe aprender a realizar la separación de sí
mismo no identificarse con los procesos, la separación consciente
“observador – observado”, separar los eventos, las cosas y los sucesos, para ir
despertando, debemos ponernos autorreflexivos y autoconscientes.
El
proceso de la eliminación de los defectos asociados a la personalidad es algo
difícil y lento, paulatino, debemos de tener mucha paciencia para trabajar
sobre esos aspectos, nos podemos ver estancados por proceso del karma de vidas
pasadas.


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