miércoles, 27 de febrero de 2013

Jesús y sus discípulos




Sucedió  entonces que los discípulos se sentaron en el Monte de los Olivos hablando de estas palabras y regocijándose con gran placer y alborozándose sumamente y diciéndose unos a otros: "Benditos somos antes que todos los hombres de la Tierra porque el Salvador nos ha revelado esto y porque hemos recibido la plenitud del fin total".
Y sucedió entonces que en el décimo quinto día de la luna, en el mes de Tybi, que es el día en el que la luna esta llena; en ese día entonces cuando el sol había aparecido en su marcha, llegó tras Él una gran fuerza luminosa brillando de manera extraordinaria; y no había medida para esa luz en conjunto con esa fuerza, pues salió de la luz de de luces, y salió del último misterio, que es el vigésimo cuarto misterio de adentro y afuera -esos que están en las órdenes del segundo espacio del Primer Misterio-. Y la fuerza luminosa descendió sobre Jesús y lo envolvió por completo mientras se encontraba sentado, alejado de sus discípulos, y brillo extraordinariamente, y no había medida para la luz que estaba sobre Él.

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